La custodia compartida es un modelo cada vez más adoptado por los tribunales españoles. Busca que ambos progenitores participen de forma equitativa en la crianza de sus hijos tras una separación.
Para concederla, el juez evalúa el interés del menor, la relación con cada progenitor, la disponibilidad horaria, cercanía entre domicilios y la comunicación entre padres.
Entre sus beneficios destaca el equilibrio emocional del menor, el refuerzo de los vínculos afectivos con ambos progenitores y una carga compartida de responsabilidades.
No obstante, no siempre es viable. Si hay conflictos graves, violencia o desinterés por parte de uno de los padres, el juez puede optar por una custodia exclusiva.
Un abogado de familia puede ayudarte a negociar un plan de custodia o defender tu posición ante el juzgado.
